Por Martín Licata (1991-2018)
Resumen: El marxismo clásico y su revolución social en contraposición a la nueva izquierda y su revolución cultural.
22 de marzo 2018
Si para el marxismo clásico el sujeto de la revolución social era el proletariado, para la nueva izquierda el sujeto de la revolución cultural son los transgéneros, las feministas, gays y lesbianas, diferentes etnias, indigenistas y otras minorías.
La empírea de la naturaleza y el uso político de los frentes de masas de la nueva izquierda está plasmada en muchos autores postmarxistas como Laclau en su clásico “Hegemonía y estrategia socialista”.
Esta nueva izquierda no tiene interés en la lucha de clases, su único objetivo es destruir la superestructura de la sociedad. ¿Con qué quieren reemplazar la cultura actual? Los postmodernos no tienen la mas remota idea, en ninguna de sus obras se describe una propuesta, su objetivo es la destrucción por la destrucción.
La única teoría incompleta pero desarrollada es la teoría Queer, cuyo objetivo radica en deconstruir el binarismo hombre-mujer, alterando el estado de género, y pervirtiéndolo hasta el ridículo.
Frases de Simone de Beauvoir como “la mujer no existe”, o Butler “El sexo siempre fue género”, son las piedras angulares de la teoría queer. Se descompone el sexo en términos de dualidad exacerbándola en mas de 150 sexualidades absurdas.
¿Qué hace la izquierda, las organizaciones de orientación marxista llevando adelante esta agenda?
Nadie explica nada, son preguntas sin respuestas.
26 de abril 2018 Cuando los marxistas decimos que las revoluciones las hacen los trabajadores y no las minorías, no estamos excluyendo a las minorías como tales, sino que estamos diciendo que lo determinante es el lugar en el que el individuo se ubica frente a la producción material de la economía, independientemente de su orientación sexual, su color de piel, etc.
Los postmodernos en su calidad de liquidacionistas, malinterpretan maliciosamente este análisis, porque saben que el principal trabajo de todo revolucionario es desarrollar un movimiento eficaz con la capacidad de trascender a las MAYORIAS sociales, que sirva de vehículo para influenciar a la masa, comunicarse con ella, y poder así tener la capacidad de transformación del contexto y de la materia.
La nueva izquierda critica al marxismo clásico porque para ella el trabajador no es el sujeto político de la revolución, por eso estructuran un lenguaje y una comunicación endogámica centrada solamente para esa izquierda sociológica y universitaria, con mentalidad y formas analíticas ácratas identificadas con los intereses y posiciones de capitalistas como George Soros, el Partido Demócrata de EU, etc.
Que sirva como recuerdo que cuando el partido de los comunistas rusos no era más que un grupúsculo en el escenario político de su país, Lenin lo llamo “Partido Bolchevique” que en ruso significa “Partido de la mayoría”. La oposición, demostrando su falta de habilidad política, aceptó para sí la denominación de mencheviques, que en ruso significa “Partido de la minoría”. En menos de diez años, los mencheviques llegaron a ser una verdadera minoría en el POSDR.
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